Las calificadoras de riesgo
internacionales Standard & Poor’s Global Ratings (S&P) y Fitch Ratings
redujeron las calificaciones crediticias del Perú, ante la menor previsión de
crecimiento del país y la incertidumbre política.
Así,
Fitch bajó la calificación de la deuda peruana de BBB+ a BBB en moneda
extranjera y revisó su perspectiva de negativa a estable. Mientras S&P
mantuvo la calificación en moneda extranjera con BBB+ y para moneda nacional
con A- pero con perspectiva negativa,.
Según Luis Miguel Castilla,
exministro de Economía, esto responde a las tensiones entre el Poder Ejecutivo
y el Congreso que derivan en la incapacidad del Gobierno de aprobar reformas
que impulsen la expansión de la economía en el largo plazo. “Si bien, no está
en duda la capacidad de pago del país en el corto plazo, las posibilidades de
crecimiento y de generación de ingresos públicos sí, tal como lo estima Fitch”,
explica.
Señala que esto implica el
encarecimiento del costo del financiamiento del Gobierno, al emitir bonos y
deudas en los mercados de capital, al igual que del sector privado; y también
le quita espacio en el presupuesto a otros usos productivos.
Impacto
Conocida la
noticia, el titular de Economía, Pedro Francke, no demoró en afirmar que la
rebaja de calificaciones no afectará a las inversiones, porque esto responde a
‘problemas que ya se han superado’.
Sin
embargo, Castilla precisa que esto no es del todo exacto, ya que los
inversionistas ven la calificación crediticia como una especie de auditoría
respecto a cómo está yendo el país y en ese sentido sí perjudica el ambiente de
negocios.
Precisa que, esta es una alerta que el Gobierno
debe tomar en cuenta, porque si hay temas disruptivos, como la Asamblea
Constituyente, se puede llegar a perder el grado de inversión.
Mario
Guerrero, economista principal del departamento de estudios económicos de
Scotiabank, agrega que para conservar el grado de inversión que tiene el país
es importante que el mensaje de moderación - tras el cambio del Gabinete
Ministerial- se mantenga, y que se dé un manejo mucho más fino de las
relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. “En las decisiones de ambas
calificadoras lo que más ha pesado es el entorno político”, considera.
Fuente: diariocorreo.pe
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